Me llaman para cobrar aunque no les Debo
¿Me pueden cobrar una deuda que no es mía, donde no soy aval? la respuesta simple es que NO pueden. Aunque por desgracia debo cambiar el verbo “poder” por “deber” y corregir la respuesta por un: “SI te pueden cobrar la deuda de quien les venga en gana, pero NO deben hacerlo, ya que legalmente tu no tienes responsabilidad alguna de pagarla.
Dicho en otras palabras, no deberían poder hacerlo porque es ilegal molestar a una persona sin la autorización de una autoridad competente, pero los obtusos cobradores no razonan y cuando sus sistemas marcan al teléfono que tienen registrado, el cobrador está “obligado” a cobrar lo que indica su pantalla a quien conteste, sin importar si es o no el deudor.
Les platico que hace algunos años mi hermano puso un negocio donde, con mucha ilusión, hizo todas las gestiones gubernamentales relativas a un negocio bien establecido y con todas las de la ley, donde pretendía dar empleo a varias personas y generar el sustento de su familia. Para lo que pidió un crédito que estuvo pagando puntualmente durante mucho tiempo.
Pasó el tiempo y empezaron los problemas, pues las presiones del gobierno y su dependencias los obligaban a cumplir normas que se inventaban sus inspectores, los sindicatos lo querían obligar a contratar a su afiliados, la inseguridad lo afectó pues fué víctima de robos, su falta de experiencia le cobró factura y el negocio no creció como esperaba. Pero las deudas, CFE y los pagos mensuales propios del negocio, si crecieron cada año e incluso mes a mes.
Resumiendo el proceso, terminó cerrando el negocio y buscando un trabajo para obtener un sueldo fijo que le permitiera dar de comer a su familia. Vendió todo lo que tenía y pagó algunas de sus deudas, pero solo abonó en otras. Sin embargo su nuevo trabajo apenas le daba para vivir, y no para abonar a lo que quedó pendiente. (Si te suena familiar la historia, es porque seguramente viviste algo similar).
Así que le empezaron a llamar para cobrarle, para luego continuar contactando a las referencias que él había dado al obtener sus tarjetas de crédito, 8 años antes. Tal como se lo imaginan, Yo era una de sus referencias, así que empezaron a llamar para cobrarme su deuda.
Durante las primeras llamadas, los cobradores eran bastante educados y solo me pedían que le pasara el recado a mi hermano y le recordara del pago pendiente. Luego se empezaron a poner más agresivos, exigiendo que Yo me hiciera cargo de la deuda, y finalmente me amenazaban con que me iban a embargar a mi por la deuda de mi hermano y hasta me insultaban.
Resultaba insólito que me llamaran para cobrar, aunque Yo no les debía un solo centavo, ni era aval en sus créditos y/o tarjetas de crédito; las llamadas eran de todo tipo y en distintos niveles de presión: desde cobradores amables que prometían borrar mi teléfono de su base de datos para no molestarme mas, hasta un “saludo” a la Señora que me dió la vida, pasando por amenazas de embargo, cárcel, policía y lo que se le ocurriera a la obtusa mente del cobrador.
Al principio les explicaba que yo le pasaría el recado a mi hermano para que les llamara, luego me enojaba y terminaba peleando con ellos, aunque al paso del tiempo dejé de espantarme y enojarme, pues me puse a investigar todo lo relacionado con las deudas y los derechos de los deudores. Con lo que comprendí lo que SI y lo que NO podían hacer, además de que me dí cuenta que los cobradores eran estudiantes que se hacían pasar por abogados y que solo hacían su trabajo, donde muchas de las veces eran obligados a hacer su labor de esa forma, aún en contra de sus intenciones (aunque había cobradores que “disfrutaban” maltratando a quien contestara el teléfono). Incluso descubrí que muchos de los cobradores estaban igual o más endeudados que mi hermano, pero su labor de cobrar les llegaba por su trabajo y la necesidad de ganar su sueldo.
Conocer la verdad, me hizo tomar las cosas con más calma, y como seguían llamando y molestando sin importar lo que yo les explicara en cada llamada, lo empecé a tomar a broma y de terapia para desestresarme. Así que un día le dije al cobrador que acostumbraba llamarme a las 6:20 am todos los días, “Te puedo pedir un favor“, “¿Cuál me respondió?” me respondió, “Puedes ponerle en tu sistema que en lugar me llamarme a las 6:20 de la mañana, programe mi llamada a las 6:00 am.“, “¿Por qué?” me preguntó intrigado.
“Porque ya sé que por más que te explique que esa persona no vive aquí y que Yo no les debo dinero, vas a seguir llamando y terminaremos peleando… Y como me levanto a las 6:00 am todos los días, quiero que de perdido me sirvas de DESPERTADOR“; acto seguido me recordó a mi querida madre y… colgó!!!!.
Hubo un tiempo donde empezaron a llamar entre las 2 y las 4 de la mañana, y aunque sabíamos eran ellos, mi esposa y Yo no podíamos evitar sobre saltarnos con el sonido del teléfono en la madrugada, además de que no nos dejaban dormir bien.
En contra de lo que hubiéramos querido, fuimos a Telmex a pedir que nos cambiaran el número telefónico; el proceso fué muy simple y nos costó 30 pesos. Hasta nos dieron a escoger entre 3 números que tenían disponibles.
Fué maravilloso dejar de recibir llamadas donde intentaban cobrar la deuda de mi hermano; al fin pudimos dormir tranquilos y sin sobresaltos… al menos por 2 meses!! Porque un día contesté el teléfono y era un cobrador pidiendo hablar con “Roberto Aguirre” (una persona que no conozco), porque tenía una deuda con Elektra desde hace más de 8 meses!!!!!
Fué ahí donde me dí cuenta de que Telmex me había dado un número reciclado y no uno nuevo, y ese nuevo número telefónico era de una persona a la que Telmex le recogió la linea por no pagar lo que adeudaba. A partir de ese día seguí recibiendo llamadas todos los días buscando a una persona que en mi vida había visto y que mucho menos conocía.
Estaba furioso!!! al menos antes me llamaban para cobrarme la deuda de mi hermano, con quien comparto la progenitora que frecuentemente mandaban saludar los cobradores cuando me llamaban, pero… Soportarlo por la deuda de una persona que ni conozco, era una cosa distinta.
Así que buscando una forma de solucionarlo, intenté en PROFECO y CONDUSEF, pero NO sirven de mucho; intenté que Telmex me asignara un número de teléfono nuevo y no reciclado, pero resulta que NO tienen (o no me quisieron dar) números nuevos, solo me ofrecían números que fueron de alguien más y que habían recuperado ellos o que el cliente les “regresó”.
Finalmente encontré la solución a mis problemas: primero pedí la portabilidad de mi número telefónico de Telmex hacia Axtel, cosa que era gratis, y en cuanto tuve la linea con Axtel, les pedí un número nuevo distinto al que tenía, ya que ellos si tienen números nuevos disponibles y me cobraron 27 pesos por el cambio.
Es increíble que tengas que cambiar tu número de teléfono solo porque un grupo de cobradores que no razona, trabajan con un sistema de cobranza deficiente, donde solo les importa cobrar algo de la cartera que les asignan para poder ganar su comisión; sin importar si esa persona les debe o no.
Además la autoridad no hace algo al respecto, pues aunque la misma Constitución establece que es ilegal lo que hacen, hay que invertir mucho tiempo para llevar el proceso para que dejen de molestarte.
Desde que cambié mi número de teléfono, no he vuelto a recibir una sola llamada para cobrar la deuda de mi hermano… al menos no en la casa, porque en el celular…. ufff!!!!! … esa es otra historia.
Si sufres algo similiar a lo que me sucedió, puedes levantar una queja en la CONDUSEF; recuerda que solo se puede levantar queja sobre cobranza ilegal de despachos que gestionen deudas de Banco y y no de casas comerciales como SEARS, LIVERPOOL, NEXTEL, TELCEL, etc. ya que éstas se reportan en PROFECO.
Ingeniero con mas de 15 años de experiencia en temas de Infonavit, Cofinavit, Apoyo Infonavit, mejora de hipotecas tanto de Infonavit como con bancos. Comparto información sobre tus derechos como deudor para manejar crisis financieras personales y buscar alternativas para salir de ellas; el estrés y el miedo hacen mucho daño!!!.