El ahorro hormiga, ¡vaya que ayuda!
Así como existe el gasto hormiga, donde gastamos y generalmente no sabemos o no nos damos cuenta en qué se nos fué tanto dinero, también tenemos el ahorro hormiga, que es la forma de darle la vuelta a esa inercia de: no tengo dinero y no tengo forma de ahorrar, o al menos no sabemos cómo hacerlo.
En mi niñez, tanto mis padres como los maestros de la escuela nos ayudaban a fomentar la cultura del ahorro. Recuerdo mucho que mis papás nos regalaron una alcancía individual con forma de cochinito, a mis hermanas, mi hermano y a mí, era de diferentes colores para cada uno de nosotros. De lo poco que nos daban los domingos para gastar entre semana, mis papás nos pedían que depositáramos en nuestras alcancías lo más que pudiéramos. Ese dinero lo juntábamos después entre todos y con ello mis papás nos pagaban la entrada al cine, al circo o algún paseo para convivir en familia.
En la escuela primaria también nos invitaban a ahorrar. Los maestros al inicio del año escolar nos daban un tarjetón de cartón de algún banco (en aquel entonces eran Serfín, Banamex y Bancomer los que daban éste servicio) donde nos anotaban la cantidad que entregábamos al maestro por semana, para que a su vez la fueran a depositar al banco, y al final del año escolar nos daban nuestro dinero con intereses. En mi familia, ese dinero se lo entregábamos a nuestros papás también y ellos lo utilizaban para pagar los útiles escolares, uniformes, zapatos o lo que se ofreciera.
Estos recuerdos vinieron a mi mente después de que volví a leer unos artículos de mi compañero y amigo Antonio H. (Lo que me abuelita me enseñó sobre el ahorro y Lo que mi papá me enseñó sobre el ahorro) y me hizo reflexionar en cómo la cultura consumista actual ha ido acabando con la costumbre de ahorrar. ¡Y vaya que es necesario!, ya que es importante tener un “colchón” que nos pueda ayudar en caso de que haya alguna emergencia, una pérdida de empleo o algún imprevisto.
Hasta hace un par de meses me había olvidado de ahorrar y prácticamente estaba viviendo al día, esperando solamente que llegara la quincena para solventar mis gastos y hacer mis pagos, pero después de leer los artículos me cayó “el veinte” y vi que no estaba guardando nada para un futuro, estaba como la cigarra de la fábula de La Cigarra y la hormiga, solo cantando y disfrutando, pero sin guardar nada para el invierno, así que me puse a buscar que formas podría utilizar para ahorrar.
Decidí poner en práctica lo que ahora llaman “ahorro hormiga” (lo que en mi niñez era simplemente “ahorro”) y haciendo una búsqueda rápida en Google, vi que hay muchos artículos en internet al respecto y hasta técnicas distintas; algunos te dicen que te centres en ahorrar exclusivamente monedas de cierta denominación, otros que te enfoques en guardar cierta cantidad por semana, otros un billete de tal denominación… En fin, elegí la que en mi caso se me hizo menos complicada que es la de guardar las monedas que no gasté al final del día (así sea solo $1 peso o 50 centavos, no importa, el chiste es guardar algo).
Iba a comprar una alcancía, pero las que vi se me hicieron demasiado caras, así que aproveché que se me acabó un frasco de mayonesa y le hice un agujero a la tapa lo suficientemente grande para que cupiera una moneda de $10 pesos y esa es mi alcancía al día de hoy. Ahí he estado ahorrando las monedas que me sobran al final del día. Cuando se llenó por primera vez el frasco, no podía creer que en 1 mes había ahorrado casi $500 pesos. Se me hizo increíble porque había días que no depositaba más que $50 centavos, aunque también había días que depositaba hasta $30 pesos.
Una vez que se te haya llenado la alcancía, sacas las monedas y las puedes llevar al banco a canjearlas por billetes o también puedes ir a una tienda que esté cerca de tu casa o algún otro negocio, ahí casi siempre buscan monedas para entregar cambio. Y ya más adelante puedes meter ese dinero en algún banco para que te genere intereses. El chiste es que en la medida de lo posible no se gaste ese dinero, sino que se guarde para poder utilizarlo en caso de algún imprevisto.
Tal vez este artículo se te haga muy básico e incluso digas “Todo esto ya lo sé, no es nada nuevo bajo el sol”, pero déjame decirte que muchas veces yo mismo me he sorprendido diciendo “No puedo ahorrar, no tengo dinero”, y esa mentalidad debemos de borrarla de nuestra mente, ya que ahorrar debe ser tan básico como pagar cualquier servicio. Recuerda que hoy tenemos, mañana no sabemos si habrá. Te sorprenderán los resultados.
Si el ahorro hormiga lo haces con tu pareja o incluso con todos los miembro de tu familia, se volverá una “piedra” menos pesada de cargar; cuando hacemos las cosas entre varios se vuelven más fáciles de hacer, ya que todos juntos nos podemos apoyar para continuar el camino, formando un verdadero hábito, y el ahorro no es la excepción.
También te invitamos a leer todos los artículos que tenemos en el apartado “Ahorros”, para que aprendas a manejar mejor tu dinero y finanzas. Recuerda que es mejor prevenir que lamentar. No olvides compartir tus experiencias, pues por más básicas que creas que son, pueden ser importantes para otros.