Anatoicismo, un robo en despoblado avalado por la Suprema Corte
Pensando en Anatoicismo, me formulo la siguiente pregunta: ¿Ha usted conversado con su perro alguna vez? Bueno si no tiene perro, quizá con un gato, un pez, ¡un borrego!, No importa que mañana lo haga en barbacoa con su consomé bien sabroso, con sus garbanzos y chilitos verdes; cuando dije barbacoa me refería exclusivamente al borrego, no al perro… pero bueno, cada quien sus gustos o su proveedor, vaya usted a saber… ¡perdón, ya me distraje sanamente!.
El punto es que cuando dirigimos algunas palabras a la mascota, no tenemos un diálogo con ellos, en todo caso es un monólogo, donde se tiene como público a un inocente ser, que no puede interpretar lo que se le dice. Equivale a ir al cine a ver una película romántica, pero en Chino mandarín. Los perros se limitan a mover sus orejitas alternadamente por un par de minutos, para luego echarse a dormir o irse a jugar a otro lado. ¡No es que no les interese estar con usted, es que no le entienden!
Nosotros los humanos a veces somos así. Cuando no entendemos algo o no queremos conocer mas a fondo un tema, nos damos la vuelta para seguir con nuestra vida humana y nos olvidamos del tema o hacemos como que no pasó. Es normal y todos lo hacemos.
Uno de esos temas escabrosos que nadie pone atención, pero deberíamos hacerlo, especialmente nosotros los poseedores de tarjetas de crédito, porque cada mes sufrimos la generación y acumulación de los intereses en nuestro saldo mes con mes, y básicamente aceptamos dando por hecho el cobro de intereses, como que mañana sale el sol; pero hasta ahí la dejamos y no nos hemos interesado en saber mas sobre el tema, porque a final de cuentas no van a dejar de llegar las cartitas del estado de cuenta.
Sabes ¿Como se le llama a esta práctica?: Anatocismo. Cojo el diccionario (mentira, le hago Google), leemos: “Capitalización de los intereses de una cantidad prestada.”
Así define el diccionario a esta dominguera palabra, que quizá usted jamas haya escuchado antes, pero que sorprendentemente, es uno de los pilares del negocio de las tarjetas de crédito. Dicho de otro modo, es cuando el interés generado en un mes, pasa a formar parte de la deuda original y para el siguiente mes, le calculan los siguientes intereses sobre la nueva deuda…. es decir que le calculan intereses sobre intereses; eso es Anatoicismo, y aunque esta PROHIBIDO por la legislación de comercio actual, realmente se hacen de la vista gorda bajo el argumento de que los bancos también capitalizan los rendimientos de los ahorros y las inversiones, siempre que se pacte con el usuario del crédito. Pero olvidan una “pequeña” diferencia: El rendimiento del dinero que tenemos en el banco es miserable o a veces hasta nulo.
Se han dado pintorescos casos de tenedores de bonos bancarios que re capitalizaron sus intereses hasta el infinito y condenaban al banco emisor a pagar cantidades estratosféricas de dinero a su disgustado cliente. Sin embargo, “curiósamente”, la justicia administrativa falló a favor del Banco otorgando una cantidad mínima al inversionista, ¡la clásica!. No voy a entrar en “shock“ escupiendo todas las que me sé, pero un dicho francés dice que “el derecho civil se hizo para evitar que el pobre le gane dinero al rico y el penal para que el rico no pueda ser robado por el pobre”, y no puede ser más aplicable en este caso… y en otros muchos.
El caso de la señora Zaldívar (QEPD) es que abrió una cuenta de ahorro con 400,000 pesos a una tasa de 91.35 por ciento (¡Wow!) a nombre de su hijo Guillermo en 1987, quien demandó a la entidad bancaria por negarse a pagar el monto correspondiente de intereses generados al lo largo de los años.
Realmente era una suma estratosférica, pero la Suprema Corte de Justicia determinó que el banco (uno famoso) no tenía que pagar necesariamente los (agárrese!!!) 1,476 millones de pesos como un juzgado había determinado en 2006, sino que debía pagar una cantidad mas apegada a las tasas máximas de interés vigentes en la fecha del contrato de inversión.
No digo que sea una injusticia, porque en esos años hubo devaluaciones, le quitaron tres ceros al peso, entre otras cosas, pero no deja de ser notorio como se maneja la justicia en estos casos. Eso si!, quedó muy clara la postura de la Suprema Corte en cuanto a que los intereses sean re-capitalizados, a tasa de 6% mas o menos, pero re capitalizando si señor.
Es decir que el Anatoicismo o cálculo de intereses sobre intereses, solo aplica para que paguemos los usuarios de tarjetas de crédito, pero no para los bancos…. ¿NO se supone que la justicia es ciega y aplica para todos?
Entre si son peras o perones, la recomendación es evitar caer en este garlito. Busque, pagar mucho más del mínimo y si puede solo compre a meses sin intereses, pero dentro de parámetros reales de su poder adquisitivo.
Si puede, compre de contado en el pequeño comercio, porque cuando usted compra con un negocio local ayuda a la economía local, y no está ayudando a un magnate a cambiar de Yate. Realmente está colaborando con alguien que tiene pensando comprar zapatos nuevos para sus hijos.
Al parecer la ley se aplica solo del lado de algunos; los más ricos. Dicho del pueblo que aplica en este caso: Que se haga la voluntad de Dios… en las mulas de mi compadre… jamás en las mías.